Experimenta la Quietud. Despierta tu corazón. Únete al Retiro Hridaya de meditación en silencio de 3 días.
Compartir la sabiduría del Corazón Espiritual, inspirando a todos a que despierten a su Ser más íntimo y a vivir desde su claridad, profundidad, amor y verdad.
Hridaya aspira a facilitar la transformación profunda de los buscadores sinceros de todos los bagajes a través de la conciencia del Ser, empoderando a los individuos a despertar la sabiduría interna del Corazón y a abrazar la unidad con toda la existencia a través de la Indagación de Uno Mismo y de la vida compasiva.
Nuestra visión es promover la revelación del santuario del Corazón. En este espacio, todos pueden experimentar su Naturaleza verdadera, cultivar la armonía interna e irradiar el amor y la presencia en el mundo.
A través de estas enseñanzas, concebimos un efecto dominó de despertar que tiene la capacidad de transformar no sólo las vidas individuales, sino la conciencia colectiva de la humanidad.
Nuestra percepción de Hridaya es que constituye un camino al descubrimiento del Ser que enfatiza el viaje en lugar de un resultado orientado a objetivos. En este sentido, es posible que la palabra “misión” no sea la más apropiada.
En cualquier caso, una intención fundamental guía todas nuestras actividades. Les proporcionamos a nuestros estudiantes un entorno que facilita la exploración interna, la transformación y la inmersión en el Corazón. Tal compromiso no sólo alienta una conciencia del Ser más profunda, sino que nos guía hacia una mayor compasión, conexión y armonía con la vida. Asimismo nutre una relación más íntima con el Ser Supremo y revela un entendimiento profundo de la Unidad que subyace a toda la existencia. De este modo, apoyamos la introspección y el florecimiento del amor y la conciencia en nuestros estudiantes.
Buscamos cumplir con nuestro dharma (nuestra obligación moral y espiritual) ofreciendo retiros de meditación en silencio, módulos de Hatha Yoga, talleres y enseñanzas que inspiran el despertar del Corazón y guían a los practicantes a una forma de vida más auténtica y significativa.
Nuestros valores reflejan las cualidades interiores atemporales que aspiramos a encarnar: las virtudes radiantes del Corazón.
Estos principios son la expresión viviente de estos valores y guían cómo nos movemos en el mundo con claridad, integridad y devoción.
El fuego interior que nos guía hacia el Amado.
La fuerza para permanecer abiertos y caminar hacia territorios desconocidos e inexplorados.
La viveza vibrante del alma, el abrazo inefable que lo incluye todo, una intuición del Ser divino, del Amado, que brilla en todo.
La entrega de la identidad personal y de todas sus estructuras.
La respuesta del Corazón al sufrimiento, enraizada en la bodhicitta absoluta (compasión transpersonal) y en jnana (sabiduría).
El reconocimiento gozoso de la vida como un regalo divino.
La transparencia del ser alineada con la Verdad suprema.
La coherencia entre los ideales y el ámbito manifiesto; la armonía entre el pensamiento, la palabra y la acción.
El sentido del Corazón que rebosa abundancia divina expresada como alegría desapegada al dar y al ofrecer.
La fuerza inmutable para permanecer anclado en la Verdad.
La constancia y el fuego interior (tapas) en reafirmar el compromiso con el Corazón.
La pasión vibrante del Corazón, ser con Dios, asombro y la gracia de la inocencia.
Ligereza de espíritu, expresión de ananda (gozo divino).
Discernimiento (viveka), entre el ámbito fenoménico (objetos, mente, sentidos, etc.) y la conciencia del Ser.
El fundamento viviente y pacífico de la presencia y el silencio.
Intención pura. Una mente clara, una psique transparente, energías ligeras y un ser diáfano.
Enraizado en el sentimiento puro del “yo”, una caída natural de todos los aspectos innecesarios y no esenciales de la vida.
Honramos el Corazón en todas nuestras acciones, pensamientos e intenciones. Tomamos decisiones alineadas con la esencia del Corazón Espiritual, honrando la Verdad y garantizando la continuidad de Hridaya, apoyando nuestra misión al tiempo que permanecemos enraizados en la integridad. De este modo, honramos la quietud, la gracia y los cimientos inefables, invisibles y divinos de nuestra labor.
Definimos objetivos significativos y los comunicamos con claridad de manera que cada acción refleje nuestra visión más profunda. Somos claros y específicos de modo que todos comprendan lo que es necesario hacer y actúen desde el espíritu del Karma Yoga.
En todas nuestras relaciones actuamos desde la valentía del Corazón, la compasión, la humildad y la generosidad, aspirando a vivir con dignidad, sinceridad y una fuerza sagrada.
Basándonos en la apertura del Corazón, cultivamos confianza, honestidad y humildad a través del diálogo consciente, abierto y desde el corazón dentro de nuestro equipo y con la sangha en general. De este modo, garantizamos que la comunidad sea consciente de nuestra estrategia, aspiraciones y resultados.
Actuamos y tomamos decisiones desde la total responsabilidad, de acuerdo a nuestras posiciones específicas para el beneficio de Hridaya y de todos los seres. Aspiramos a actuar desde el espíritu de Karma Yoga, guiados por la libertad, la sabiduría, la devoción y el compromiso con la Verdad y con la Visión de Hridaya.
Abrimos la participación en el desarrollo de nuestra escuela a los miembros de nuestra sangha (la comunidad en general), nutriendo así un sentido de responsabilidad, confianza, compromiso y unidad en acción.
Nos comprometemos al refinamiento constante de nuestras dimensiones internas y de nuestras acciones externas. Estamos comprometidos con el florecimiento continuado de nuestra escuela, comunidad y, aún más importante, de cada uno de nosotros como instrumentos del Corazón.
Concebimos la espiritualidad como un camino de transformación de la vida cotidiana (al elevar nuestros paradigmas) así como un camino de transformación a través de la vida cotidiana (al abordar cada desafío, sincronicidad y circunstancia como una oportunidad divina de aprendizaje). Esta integración no es sólo para ser enseñada o predicada, sino que ha de vivirse de manera íntima.
Reconocemos que Hridaya se sostiene gracias a regalos de amor. Creamos las condiciones mediante las cuales todos podemos florecer como karma yoguis a través del dar consciente y de la generosidad.
A través de encuentros habituales conscientes, nutrimos el progreso constante, cultivamos el entusiasmo y nos apoyamos los unos a los otros para profundizar en la conciencia.
Ofrecemos las enseñanzas de Hridaya de manera abierta a todo aquel que las busque de forma genuina. Al proporcionar becas y descuentos para personas con bajos recursos, garantizamos que todo aquel con ganas de aproximarse al reconocimiento del Ser pueda acceder a nuestros programas.
Vemos el reflejo único del Corazón Espiritual en cada ser. Por tanto, honramos la sacralidad de cada alma.
Promovemos un entorno amoroso, compasivo, seguro y respetuoso.
Alentamos la expresión del humor auténtico, de la felicidad y de la calidez en el camino espiritual.
Valoramos el Karma Yoga, el servicio altruista realizado con conciencia, desapego y amor. Al actuar de este modo, creamos una mayor armonía y aprendemos a imbuir de sacralidad cada momento.
Valoramos vivir de manera ética y consciente. Alentamos a nuestros practicantes a que alineen sus acciones, palabras, pensamientos e intenciones con los valores de la verdad, la honestidad y la bondad. No se trata de atenerse meramente a un conjunto de reglas, sino de encarnar virtudes alineadas con la sabiduría del Corazón. Al cultivar valores morales como la verdad (satya), la no violencia (ahimsa), el desapego (aparigraha) y todos los demás yamas y niyamas, nuestros practicantes crean la base para la armonía interior y el auto-respeto, lo cual genera un impacto positivo en el mundo al promover el auténtico florecimiento espiritual.
Celebramos la diversidad de caminos y tradiciones que en última instancia nos dirige a revelar quiénes somos realmente: el Corazón Espiritual. Reconocemos que el viaje de cada quien es único, al tiempo que es relevante ser conscientes de los hitos esenciales en el camino: serenidad de la mente, introspección y entrega a nuestra esencia.
Este valor refleja las enseñanzas de la interconexión, el amor incondicional y el reconocimiento de la naturaleza divina que irradia en todos los seres. También da cuenta de que diferentes personas pueden resonar con actitudes distintas y celebra la unidad de la Conciencia del Ser en medio de la diversidad. Al abrazar la inclusividad, creamos un entorno seguro y nutritivo de respeto mutuo, armonía y colaboración en el que todos los individuos pueden florecer, contribuir y experimentar el poder transformador de la Unidad y el entendimiento del bienestar para la totalidad del Cosmos.
Consideramos que una comunidad de practicantes nutritiva, alentadora, inclusiva y centrada en el Corazón constituye un aspecto vital del camino espiritual. Valoramos el apoyo colectivo, las experiencias compartidas y unirnos todos juntos en un viaje compartido de transformación espiritual. También honramos el papel crucial que desempeñan los miembros de la comunidad al apoyar las diferentes tareas operativas. A través de este espíritu de crecimiento y entendimiento compartidos, nuestros estudiantes y miembros de la comunidad encuentran un sentido de pertenencia y apoyo, que a su vez nutre el cultivo de un entorno auspicioso para la evolución personal y colectiva.
Como sea que lo llames, es eso lo que te llama a mirar hacia dentro.
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