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¿Quién Soy yo?
Un tributo a Ramana Maharshi

“¿De qué serviría saber de todo excepto del sujeto al que se refiere todo el conocimiento?”

–Ramana Maharshi

En Hridaya Yoga, Ramana Maharshi es nuestro venerado maestro espiritual. Él representa una encarnación del propio Corazón Espiritual, una manifestación de la Realidad Suprema que es nuestra Verdadera Naturaleza.

Su vida es la propia prueba de la verdad de la no dualidad, el advaita, la unidad del Ser, el trasfondo en el que la ilusión de la separación se disuelve como nubes en el cielo azul.

Sus sencillas y profundas enseñanzas fecundan los principios de Hridaya Yoga. Despiertan tiernamente una corriente de amor incondicional y silencio interior que fluye de manera directa desde el núcleo de la existencia.

Su mensaje gentil y eterno resonará aún más amplia y profundamente dentro del alma de la humanidad en el futuro.

Sus ojos sonrientes, como un espejo sin bordes

En la iconografía existen reglas canónicas que explican cómo representar a los grandes santos y avatares del pasado. Con Ramana Maharshi, una manifestación divina única y moderna, tenemos una oportunidad que no habíamos tenido en siglos anteriores de conectarnos de manera más directa a través de fotografías de Él. Éstas sirven como encuentros visuales con el radiante amor y la serenidad de nuestro amado maestro espiritual; más que esto, son reflejos de nuestro verdadero Ser.

Sus ojos son como espejos claros y sin bordes a través de los cuales irradia el Ser, sin oscurecerse por ninguna confusión mental. Ramana Maharshi ofreció la iniciación más profunda a través de su elocuente silencio, una iniciación que está disponible incluso ahora, evidencia de nuestra naturaleza eterna. Cuando sentimos el océano de compasión en Su mirada, percibimos una confianza natural en la profundidad y la belleza del Corazón.

Sus ojos luminosos y sonrientes nos enseñan los exquisitos secretos de la Indagación de Uno Mismo. Aprendemos a atestiguar nuestros pensamientos y emociones con serenidad y a abrazar nuestras sombras.

Al recordarlo, la devoción surge de manera natural, ya que el misterio de Su presencia insufla nuestra alma con vida, vibrando como Percatación de Uno Mismo, el spanda.

Donde la conciencia manifiesta su silencio

Las enseñanzas de Ramana Maharshi nos invitan a sumergirnos en la esencia del sentido del “yo”, donde encontramos sabiduría, paz, presencia consciente y un amor desbordante. Nos instan a mirar más allá de las ilusiones del ego, deshacernos de sus capas de separación y descansar en el estado natural, el sahaja. En una presencia tan nueva y liberadora, descubrimos una conciencia tan pura y abarcadora que nuestra existencia se convierte en un himno de gratitud, amor y alegría.

El resplandor de Su silencio es, en sí mismo, un lenguaje más profundo que las palabras. La Conciencia Suprema “manifiesta” su quietud a través de Él, y nuestra alma escucha con embeleso. Ramana Maharshi nos mostró que el viaje espiritual no consiste en adquirir nuevos conocimientos destinados a sanar luchas psicológicas y calmar preocupaciones personales, sino en descubrir la Verdad y el Amor que siempre han estado presentes en lo más profundo de nuestro ser.

Sus enseñanzas son como suaves olas que bañan las costas del dominio personal, erosionando las ilusiones que velan nuestra Naturaleza Suprema. De este modo, el parloteo de la mente se desvanece en la vasta quietud del Corazón.

Sus sugerencias son tan atractivas porque en ellas brilla el reflejo de la Belleza Suprema interior, que, incluso cuando se ignora durante mucho tiempo, nunca se olvida realmente: una resonancia que nos lleva a Hridaya.

Aparte de la claridad de Sus percepciones, lo que nos inspira es Su perfecta encarnación de la realización. En Él y a través de Él, lo abstracto se vuelve tangible; el camino espiritual encuentra su fundamento en el amor y la claridad. Él es la demostración viva de la posibilidad del moksha, la liberación espiritual, no como un sueño lejano sino como una realidad presente.

Por esta razón, la presencia de Ramana Maharshi en Hridaya es como un discreto susurro en lo más profundo de nuestro ser, un recordatorio sutil e inquebrantable de que no somos meros robots funcionando mecánicamente en este mundo; somos la propia esencia del viaje, el Corazón mismo.

¿Quién Soy yo?

Ramana Maharshi nos invita a recordar nuestras profundidades preguntándonos constantemente: “¿quién Soy yo?” La Indagación de Uno Mismo es la piedra angular de nuestra práctica. Es como una llave que abre la puerta al Sagrado Corazón; es un recordatorio perpetuo de quiénes somos realmente, la presencia eterna en la que todas las distinciones se disuelven, revelando la infinita extensión de la Conciencia tanto dentro como a lo largo de todo el Cosmos.

El susurro del Amor-Ser

En cada murmullo de viento que acaricia la colina Arunachala o cualquier lugar de la Tierra, hay rasa, el dichoso sabor del Ser, una melodía de Amor Divino que el Maharshi nos ayudó a escuchar: el Amor-Ser intrínseco de todo. Su vida ofrece evidencia de tal amor, infundiéndonos la fe de que también podemos convertirnos en instrumentos de amor y compasión universales. Él continúa invitándonos sinceramente a sumergirnos en la sabiduría silenciosa del Corazón, vivir en perpetua devoción y libertad, y encarnar la bondad en cada gesto, palabra y momento.

El paisaje de la paz interior y la belleza trascendental

Las pautas de Sri Ramana revelan lo sagrado de nuestra alma, un ámbito de paz interior y belleza trascendental. Son como poesía que nos despierta al amor, a la verdad y a todas las nobles cualidades internas, al spanda, la presencia vibrante y divina que anima cada respiración, cada latido del corazón.

El verdadero milagro: la evidencia de la belleza en la existencia sin adornos

Su camino no estuvo marcado por milagros grandiosos o demostraciones de poderes paranormales sino por la tranquila belleza de la simplicidad. En Su modesta presencia, podemos sentir que los caminos auténticos no consisten en buscar validación externa o señales milagrosas, sino en mirar hacia adentro con un amor tan profundo, tan incondicional que trasciende todos los límites del entendimiento común.

Como el silencioso resplandor de la luna que no pide aclamación, Su vida, libre de perseguir manifestaciones milagrosas, enuncia una verdad que no busca pruebas a través del espectáculo, pero que se mantiene inquebrantable en su simplicidad: el radiante poder del amor y la bondad. Lo Divino no necesita palabras brillantes ni milagros; simplemente confía y entrégate a la majestad del Corazón. Es la evidencia de la belleza en la existencia sin adornos.

El mundo clama por sentido

En el mundo actual, mientras el dolor, los conflictos y la división se vuelven tan obvios, un sutil anhelo de sentido y unidad crece discretamente en lo profundo de la humanidad. Las enseñanzas de Ramana Maharshi son hoy tan palpables porque son el eterno llamado a volver a la propia esencia de nuestro ser. Esta sabiduría directa del Corazón ayudará a la humanidad a visualizar y confiar en un mundo sin separación, duda, miedo o desprecio, sólo un abrazo eterno de la Conciencia Pura, cobijando toda Vida en su amor infinito.

“Nuestra propia realización del Ser es el mayor servicio que podemos brindar al mundo.”

-Ramana Maharshi

La llama de la esperanza y el consuelo

En nuestros tiempos, la intolerancia y la separación profundamente arraigadas parecen acechar a las religiones del mundo que, habiendo olvidado sus orígenes, muestran aún mayor alienación. Por otro lado, el ateísmo proclama audazmente una vida desprovista de sacralidad y significado más profundo. Al ignorar el lenguaje simbólico, el escepticismo desafía las antiguas descripciones antropomórficas de la divinidad y los rituales.

Debido a todo esto, en especial hoy en día, las sencillas y directas enseñanzas del Maharshi han brotado como una llama de esperanza y apoyo espiritual para el mundo.

La Verdad Universal y Eterna del Ser es propiamente paz, amor y belleza. Esto es lo que somos, más allá de los muros de nuestros miedos y odios, más allá del ateísmo dogmático o de las religiones sectarias. El Corazón es la realidad unificadora que nos evidencia como este misterio fascinante que es la propia vida.

Las enseñanzas de Ramana Maharshi están destinadas a sanar el mundo fragmentado de hoy, donde las almas a menudo se sienten confundidas, aisladas, perdidas, traumatizadas e incomprendidas.

El misterio que todo lo abarca

Las revelaciones del Maharshi no se refieren a un Dios sentado en lo alto o distante y desapegado, sino una invitación a revelar la divinidad interior.

Lo Divino, a menudo percibido en el mundo contemporáneo como distante o ausente, no está perdido sino esperando ser descubierto en las insondables profundidades de nuestro ser. La ausencia de un Dios tangible y definible no nos lleva al vacío o al ateísmo, sino a un anhelo espiritual edificante, un anhelo de conexión con el “Dios vivo”, un amor que lo abarca todo y que existe más allá de los confines de la percepción y la comprensión humanas. Esta comprensión no supone una negación de Dios sino un conocimiento íntimo, el jñana, de un misterio tan profundo y abarcador que trasciende toda comprensión convencional.

Las revelaciones y la gracia de Ramana Maharshi no apuntan a un Dios al que se puede captar mediante las frágiles capacidades de la mente, la imaginación, los dogmas o las ilusiones, sino al embeleso frente a una presencia demasiado vasta, demasiado íntima para ser comprendida simplemente con la mente. El intelecto por sí solo no puede captar la verdadera esencia de la divinidad. Puede revelarse a través de la meditación de la Indagación de Uno Mismo en la quietud del Corazón.

Gratitud y bendiciones

Expresamos gratitud a Ramana Maharshi, nuestro maestro espiritual. Sus inspiraciones son una fuente perenne de sabiduría que nos lleva de vuelta a Hridaya, el Corazón.

En el espíritu de las enseñanzas de la no dualidad, el advaita, Ramana Maharshi es nuestro ser sagrado más íntimo, el Ser Divino.

Por eso, honrándolo, celebramos nuestra Verdadera Naturaleza, la esencia eterna de toda vida, en la que el samsara y el nirvana se hallan inseparablemente unidos. En el misterio de la devoción a Él está el camino y la meta, el milagro de que el individuo se vuelva Uno con lo universal.

La mayor alabanza que podemos ofrecer es encarnar la esencia misma de Sus enseñanzas, sumergirnos en nuestro interior y descubrir el amor y la paz ilimitados que residen en el Corazón. Al hacerlo, honramos no sólo a un sabio sino a la Verdad eterna que él reveló con tanta gracia; reverenciamos el viaje hacia el Corazón y al propio Corazón, Hridaya, la eterna verdad dentro de nosotros.

¡Que el recuerdo amoroso de Sri Ramana y Su guía enciendan las llamas de la sabiduría, la devoción, la bondad y el amor dentro de nosotros!

Que nuestro aprecio por Él se vuelva tangible a medida que difundamos la luz del amor y la unidad en un mundo que anhela este contacto.

Las enseñanzas de Ramana Maharshi comparten la sabiduría de la no dualidad

La primera indagación del Ser

A la temprana edad de dieciséis años, cuando él ni siquiera era consciente del hecho que “Esta es la práctica espiritual de la auto-indagación que otorga directamente la experiencia del Ser”, sucedió un día que, sin ninguna intención previa, Sri Ramana se embarcó en esta inusual práctica espiritual.

Ese día, como si estuviera a punto de morir, un gran miedo a la muerte lo poseyó de repente. Por ello, un impulso para examinar la muerte también surgió en él espontáneamente.

Él no se perturbó al ver la muerte acercarse rápidamente, ni tuvo la inclinación a informar a los demás acerca de ello. Decidió darle la bienvenida con calma y resolver el problema solo. Se acostó, estirando sus miembros como un cadáver, y comenzó a escudriñar la muerte prácticamente, cara a cara.

Está bien, ¡La muerte ha llegado!, ¿qué es la muerte? ¿Quién es que está muriendo? Es este cuerpo el que muere; ¡déjalo morir! Tomando esta decisión, cerrando mis labios con fuerza y manteniéndome sin respirar o hablar como un cadáver, lo que llegó a mi conocimiento al mirar dentro fue: “Este cuerpo está muerto. Ahora será llevado a los crematorios y se quemará: se convertirá en cenizas, está bien, pero con la destrucción de mi cuerpo, ¿yo también seré destruido? ¿Soy Yo este cuerpo?

A pesar de que este cuerpo está tumbado como un cadáver sin palabras y sin aliento, sin duda, Yo existo. ¡Al margen de esta muerte, mi existencia brilla clara y sin obstáculos!, así que este cuerpo perecedero ¡no es quien “Soy”! Yo soy, en verdad, el inmortal (Ser) de todas las cosas, yo solo soy la realidad. Este cuerpo está sujeto a la muerte; pero el Yo que trasciende el cuerpo ¡vive eternamente!, incluso la muerte que llegó al cuerpo no fue capaz de tocarme.

“Así amaneció, directamente, y con ella el miedo a la muerte que había llegado también se desvaneció, ¡nunca aparecerá de nuevo! Todo esto se vivió en una fracción de segundo, como un conocimiento directo y no como meros pensamientos de razonamiento. A partir de entonces, la conciencia de mi existencia que trasciende el cuerpo ha continuado por siempre”. (De “El camino de Sri Ramana”, primera parte, capítulo 8 – Sadhu Om).

Un día me senté solo en el primer piso de la casa de mi tío; me encontraba en mi estado habitual de salud, rara vez me enfermaba, yo tenía el sueño pesado… Así que, en ese día cuando me senté a solas no había nada malo con mi salud. Pero un miedo repentino e inconfundible de la muerte se apoderó de mí. Sentí que me iba a morir.

Por qué sentí eso, ahora no puedo explicar, como algo nunca antes sentido en mi cuerpo. Tampoco podía explicarlo a mí mismo entonces. No obstante, no tuve problemas para descubrir si ese miedo estaba arraigado. Yo sentí “Voy a morir”, y de inmediato me puse a pensar en lo que debería hacer. No me importó consultar doctores o personas mayores, incluso amigos. Yo sentí que tenía que resolver el problema por mí mismo en ese momento.

El choque del miedo a la muerte me hizo de inmediato introspectivo, o introvertido.

Me dije a mí mismo mentalmente, es decir, sin pronunciar palabras: “Ahora, la muerte ha llegado. ¿Qué significa? ¿Qué es lo que está muriendo? Este cuerpo muere.”

Y en ese momento dramaticé la escena de mi muerte. Extendí mis miembros y los mantuve rígidos como si el rigor mortis se estableciera en mí. Imite un cadáver para darle un aire de realidad a mi investigación. Contuve la respiración y mantuve mi boca cerrada, apretando los labios con fuerza para que ningún sonido pudiera escapar, sin que la palabra “Yo” o cualquier otra palabra pudiera ser pronunciada.

Entonces, me dije a mí mismo: “Este cuerpo está muerto, será llevado rígido hacia los crematorios y ahí se quemará y reducirá a cenizas. Pero con la muerte de este cuerpo, ¿‘Yo’ muero? ¿Es acaso el cuerpo ‘yo’? Este cuerpo está silencioso e inerte, pero yo siento la completa fuerza de mi personalidad e inclusive el sonido ‘yo’ dentro de mí, más allá del cuerpo. Entonces ‘yo’ soy espíritu, algo que trasciende el cuerpo. El cuerpo material muere, pero el espíritu que lo trasciende no puede ser tocado por la muerte; por lo tanto, yo soy este espíritu que no muere.”

Todo esto no fue un proceso meramente intelectual, pero brilló ante mí vívidamente como la verdad, lo cual se manifestó inmediatamente, casi sin ningún argumento. “Yo” era algo muy real, lo único real en ese estado, y toda la actividad consciente conectada con mi cuerpo estaba centrada en eso.

El “Yo” o mi “Ser” estaba sosteniendo el centro de atención por una poderosa fascinación desde ese momento en adelante. El miedo a la muerte había desaparecido de una vez y para siempre. La absorción en el Ser ha continuado desde ese momento hasta ahora. Otros pensamientos vienen y van como las notas de un músico, pero el “Yo” continúa como la nota sruti básica o fundamental que acompaña y se mezcla con el resto de las notas.

Ya sea que el cuerpo se dedique a hablar, leer o cualquier otra cosa, Yo me mantengo centrado en el “Yo”. (De “Ramana Maharshi: Su Vida” – Gabriele Ebert)

¿Qué es dhyana (meditación)?

D: ¿Qué es dhyana?

M: La palabra dhyana normalmente significa meditación en algún objeto, mientras que nididhyasana se usa normalmente para la indagación del Ser. La tríada persiste hasta que se ha reconocido el Ser. Dhyana y nididhyasana son lo mismo en lo concerniente al aspirante, pues ambas incluyen la trinidad y son sinónimas de bhakti.

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D: ¿Qué es dhyana?

M: Dhyana es aferrarse a un solo pensamiento y desechar todos los demás pensamientos.

D: ¿Cómo se ha de practicar dhyana?

M: Dhyana sirve para concentrar la mente. La idea predominante mantiene alejadas a todas las demás. Dhyana varía en función del individuo. Puede enfocarse en un aspecto de Dios, en un mantra o en el Ser, etc.

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D: ¿Es eso dhyana?

M: Mantenerse en una posición que no se ve atacada por pensamientos requiere práctica, has de estar vigilante. Pero esa condición se vuelve más intensa, más profunda, cuando se te libera de tu esfuerzo y de todas tus responsabilidades. Eso es aroodha, el estado siddhi.

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D: ¿Cómo meditar?

M: Concéntrate en lo que más te gusta. Si permanece un solo pensamiento, todos los demás pensamientos se desechan y finalmente se erradican. En la medida en que la diversidad prevalezca, seguirá habiendo malos pensamientos. Cuando el objeto del amor es lo que prevalece, sólo buenos pensamientos se aferran al campo. Por tanto, aférrate a un solo pensamiento. Dhyana es la práctica principal.

Dhyana significa lucha. En cuanto inicies la meditación, otros pensamientos se amontonarán, adquirirán fuerza y tratarán de hundir el pensamiento al que estás tratando de aferrarte.

El buen pensamiento debe adquirir fuerza gradualmente a través de la práctica constante. Una vez se haya vuelto fuerte, los demás pensamientos abandonarán la pelea. Ésta es siempre la batalla real que tiene lugar en meditación.

Uno se quiere desprender de la miseria. Esto requiere paz mental, que significa ausencia de perturbación debida a todo tipo de pensamientos. La paz mental sólo se alcanza a través de dhyana.

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D: La meditación es con la mente y, ¿cómo puede entonces matar a la mente para revelar al Ser?

M: La meditación supone atenerse a un solo pensamiento. Ese único pensamiento mantiene alejados a todos los demás pensamientos. La distracción mental es un signo de debilidad. Mediante la meditación constante [la mente] adquiere fuerza, es decir, la debilidad de pensamientos efímeros revela el trasfondo imperecedero libre de pensamientos. Esta vastedad desprovista de pensamientos es el Ser. La mente en su pureza es el Ser.

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D: ¿Cómo se ha de practicar la meditación?

M: La meditación, en realidad, es estar establecido en el Ser. Pero cuando los pensamientos surcan la mente y se realiza un esfuerzo para eliminarlos, ese esfuerzo suele denominarse meditación. Establecimiento en el Ser es tu Naturaleza verdadera. Descansa en lo que eres. Ése es el objetivo.

D: Pero los pensamientos surgen. ¿Nuestro esfuerzo ha de centrarse en eliminar sólo los pensamientos?

M: Sí. La meditación comienza con un solo pensamiento y todos los demás pensamientos han de desecharse.

D: Se nos pide fijar la mente en el Ser. Pero el Ser es impensable.

M: Cuando se eliminan todos los pensamientos, se fija en el Ser.

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Atma Vichara – Indagación de Uno Mismo empleando la pregunta “¿Quién soy yo?”

D: ¿Cómo se ha de practicar vichara?

M: El interrogador ha de admitir la existencia de su Ser. “YO SOY” es la Realización. Seguir la pista hasta la Realización es vichara. Vichara y Realización son lo mismo.

D: Es escurridizo. ¿Sobre qué he de meditar?

M: La meditación requiere de un objeto, mientras que en vichara sólo hay sujeto sin objeto. Así difiere la meditación de vichara.

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D: ¿Puede que sólo vichara funcione en ausencia de meditación?

M: Vichara es tanto el proceso como la meta. “Yo Soy” es la meta y la Realidad final. Aferrarse a ello con esfuerzo es vichara; cuando es espontáneo y natural, es Realización.

D: En la meditación trato de eliminar el “yo” erróneo, pero hasta ahora sin éxito.

M: ¿Cómo puede el “yo” eliminarse a sí mismo? Encuentra su fuente y descansa ahí como tu Ser verdadero. Tus esfuerzos llegan hasta cierto punto; lo que está más allá se cuida solo.

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D: Bhagavan, siempre dices que el Ser está siempre presente. Si está presente, entonces, ¿por qué no lo siento?

M: ¿No sientes que existes? Tu duda es si continuarás existiendo para siempre. ¿Por qué dudar? Un poco de reflexión te convencerá de que la parte perecedera —el cuerpo— es una máquina, herramienta al servicio de lo imperecedero, la mente, que es el conocedor y maestro: tú mismo. Las dudas surgen de los pensamientos que perciben el cuerpo y lo toman por ti. Detén los pensamientos —el ego, tu enemigo— y la mente permanecerá como tu ser puro, el “yo” inmortal.

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D: ¿Cómo alcanzar ese centro donde surge lo que llamas “Conciencia”, el “yo-yo”? ¿Es simplemente pensando: “¿Quién soy yo?”

M: Sí. Te llevará ahí. Hazlo con la mente en calma; la tranquilidad interior es esencial.

D: ¿Cómo se manifiesta esa conciencia cuando se alcanza ese centro —el Corazón—? ¿Lo reconoceré?

M: Por supuesto: como conciencia pura, libre de pensamiento. Es conciencia ininterrumpida de tu Ser, o más bien del Ser puro—imposible confundirla cuando es pura.

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D: Si continúo rechazando los pensamientos, ¿puede llamarse vichara?

M: Puede ser un paso preliminar. En verdad, vichara comienza cuando te aferras al Ser y ya estás libre del movimiento mental—las olas del pensamiento.

D: Entonces, ¿vichara no es intelectual?

M: No. Es una búsqueda interior.

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D: ¿No es mejor la meditación que la investigación?

M: La meditación implica imágenes mentales; la investigación concierne a la Realidad. La primera es objetiva; la segunda, subjetiva.

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D: ¿Cuáles son los obstáculos para la Realización del Ser?

M: Principalmente, la memoria, los hábitos de pensamiento y las tendencias acumuladas.

D: ¿Cómo se eliminan estos obstáculos?

M: Busca el Ser así: sigue cada pensamiento hasta su origen—la mente. No dejes que el pensamiento se prolongue; si no, no acabará. Devuélvelo a su punto de partida una y otra vez, y la mente “morirá” por falta de actividad. Vuelve sin cesar a la pregunta “¿Quién soy yo?”. Despoja todo hasta que sólo quede la fuente de todo. Luego vive siempre en el presente. No hay pasado ni futuro salvo en la mente.

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Atma-Vichara y la Gracia

D: Entonces puedo prescindir de ayuda externa y, por mi propio esfuerzo, llegar a la verdad más profunda por mí mismo.

M: Cierto. Pero el hecho mismo de que te posea la búsqueda del Ser es manifestación de la gracia divina. Brilla en el Corazón—el ser interior, el Ser real. Te atrae desde dentro; tú te esfuerzas desde fuera. Tu esfuerzo es vichara (búsqueda sincera); el movimiento interno profundo es la Gracia. No hay vichara real sin Gracia, ni Gracia activa sin vichara. Ambos son necesarios.

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El propósito de la vida

D: ¿Cuál es el deber primordial de un ser humano atrapado en el ciclo de nacimientos y muertes? Elige uno y explícalo.

M: Para quien aspira a lo más alto, discernir la verdadera naturaleza de uno mismo es lo más importante. Es la base de toda acción y de sus frutos.

D: Brevemente, ¿por qué práctica se toma conciencia de la verdadera naturaleza? ¿Qué esfuerzo trae la visión interior?

M: Retirando todos los pensamientos de los objetos de los sentidos mediante el esfuerzo, se ha de permanecer firme en indagación constante no-objetiva.

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Pensamientos durante la meditación

D: Surgen otros pensamientos con más fuerza cuando uno intenta meditar. (Varios otros preguntan lo mismo.)

M: Sí, durante la meditación surgen todo tipo de pensamientos. Es natural. Lo que yace oculto en ti aflora. A menos que surjan, ¿cómo podrían destruirse? Surgen espontáneamente para extinguirse a su debido tiempo, fortaleciendo así la mente.

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Meditación con forma — Dios; mantras

D: ¿Sobre qué se ha de meditar?

M: Sobre lo que prefieras.

D: Śiva, Viṣṇu y Gayatri se consideran igualmente eficaces. ¿En cuál debo meditar?

M: En el que más ames. Todos son iguales en efecto, pero debes mantenerte en uno.

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D: Se necesita algo concreto para meditar. ¿Cómo se medita en el “yo”?

M: Estamos enraizados en las formas y, por ello, requerimos una forma concreta para meditar. Al final, sólo permanece aquello en lo que contemplamos.

Cuando contemplas, los demás pensamientos desaparecen. Mientras sea necesaria la contemplación, hay otros pensamientos.

¿Dónde estás tú? Contemplas porque existes; el contemplador debe contemplar. La contemplación sólo puede ocurrir donde él está.

La contemplación ahuyenta otros pensamientos. Debes fundirte en la fuente. A veces nos fundimos inconscientemente—como en el sueño, la muerte o el desmayo.

¿Qué es la contemplación? Fundirse conscientemente en la fuente. Entonces desaparece el miedo a la muerte o al desmayo, pues puedes fundirte conscientemente en la fuente.

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D: ¿Cuál es la mejor manera de meditar?

M: ¿Practicas japa con cuentas?

D: No.

M: ¿Has reflexionado sobre Dios y Sus cualidades, etc.?

D: He leído y hablado de esos temas.

M: Si las mismas reflexiones giran en la mente sin expresarse por los sentidos, eso es meditación.

D: Me refiero a la meditación indicada en El camino secreto y “¿Quién soy yo?”

M: Cuando el alcanfor se quema, no deja residuo. La mente es el alcanfor: cuando se resuelve en el Ser sin dejar el más mínimo rastro, eso es la Realización del Ser.

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D: En la meditación, ¿se repiten palabras mentalmente?

M: ¿Qué es la meditación sino repetición mental de un concepto? Es un japa mental que empieza con palabras y termina en el Silencio del Ser.

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D: Me han enseñado que el japa del mantra es muy potente.

M: El Ser es el mayor de todos los mantras y prosigue automática y eternamente. Si no eres consciente de este mantram interior, empieza conscientemente—como en el japa—haciendo el esfuerzo de apartar otros pensamientos. Con atención sostenida, finalmente percibirás el mantra interior, que es el estado de Realización, sin esfuerzo.

La firmeza en esta conciencia, ganada por la práctica reiterada, permitirá que la mente sostenga la corriente de modo ininterrumpido y sin esfuerzo, incluso durante la actividad externa. Escuchar cantos védicos u otros mantras tiene el mismo efecto que el japa consciente—su ritmo es japa.

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D: ¿Ayuda Gayatri?

M: ¿Qué es Gayatri? Realmente significa: “Que me concentre en Aquello que todo lo ilumina”. Dhyana significa concentrar o fijar la mente sólo en el objeto de dhyana.

Pero la meditación es nuestra naturaleza real. Al abandonar todos los demás pensamientos, lo que permanece es el “yo”, cuya naturaleza es dhyana (meditación) o jnana (conocimiento), como lo llamemos. Lo que al principio es medio luego es fin; si la meditación (dhyana) no fuera de la naturaleza del Ser, no podría llevarte al Ser. Si el medio no fuera de la naturaleza de la meta, no podría llevarte a ella.

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D: ¿Puedo usar formas e imágenes de Dios, así como mantras?

M: Sí, por supuesto. Todo esto puede ayudar—por algo las escrituras lo recomiendan. Diferentes prácticas se ajustan a diferentes naturalezas. Cada cual debe elegir lo más fácil y atractivo.

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D: Tengo fe en murti dhyana (adoración de la forma). ¿No me ayudará a obtener jnana?

M: Sin duda. La upasana (práctica devocional) ayuda a concentrar la mente. La mente queda libre de otros pensamientos y llena de la forma contemplada. La mente se vuelve esa forma y se purifica. Entonces pregunta: ¿quién es el adorador? La respuesta es “yo”, el Ser. Finalmente sólo el Ser es alcanzado.

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D: Entro en trance cuando veo el cielo en blanco.

M: Quien ve el vacío es el Ser.

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D: La indagación en el Ser es difícil de entender. Algo concreto es más fácil: japa, dhyana, etc.

M: “¿Quién soy yo?” es el mejor japa.
¿Qué puede ser más concreto que el Ser? Está en la experiencia de todos en todo momento. ¿Por qué buscar afuera, dejando de lado al Ser? Que cada uno descubra el Ser conocido en lugar de buscar un desconocido más allá.

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El control de la mente

D: La meditación es posible sólo con control de la mente, que a su vez se logra sólo por la meditación. ¿No es un círculo vicioso?

M: Son interdependientes. De hecho, la meditación incluye el control de la mente—la vigilancia sutil contra los pensamientos que irrumpen. Al principio, el esfuerzo por controlar es mayor que el de meditar; con el tiempo, la meditación predomina y se vuelve sin esfuerzo.

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D: ¿Cómo controlar la mente?

M: ¿Entregará un ladrón a otro ladrón? ¿Puede la mente buscar a la mente? Ignoras lo Real y te aferras a la mente, que es irreal, e intentas descubrir qué es. ¿Había mente en el sueño? No. Está aquí ahora; por tanto, es impermanente. ¿Puedes encontrar la mente? La mente no eres tú. Crees que eres la mente y por eso preguntas cómo controlarla. Si existiera como tal, podría controlarse; pero no es así. Compréndelo por indagación. Buscar la irrealidad es inútil. Busca la Realidad—el Ser. Así se gobierna la mente.

Sólo hay una Realidad; lo demás son apariencias. La diversidad no es su naturaleza. Leemos caracteres impresos en un papel y pasamos por alto el papel que los sostiene. Del mismo modo, te absorben las manifestaciones de la mente y pasas por alto el trasfondo. ¿De quién es la falta? La esencia de la mente es sólo conciencia. Cuando el ego domina, funciona como pensar, razonar o sentir. La mente cósmica, no limitada por el ego, no tiene nada aparte de sí y es, por tanto, sólo conciencia.

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La mente cósmica y mauna

D: ¿Cómo ser consciente de la mente cósmica?

M: Sujeta la mente firmemente y rastrea su fuente. Por la concentración resulta mauna (silencio). Cuando la práctica se vuelve natural, culmina en mauna. La meditación sin actividad mental es mauna. La fusión de la mente en su fuente es meditación; la meditación profunda es el discurso eterno.

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Pranayama y meditación

D: Trabajo mucho y apenas encuentro tiempo para practicar concentración. ¿Hay ayudas? ¿El control de la respiración es una buena ayuda?

M: El prana y la mente surgen de la misma fuente. Se llega a la fuente reteniendo la respiración o siguiendo la mente hasta su origen. Si lo segundo es difícil, lo primero ayuda. La regulación de la respiración se logra observando sus movimientos. Si observas la mente, cesan los pensamientos. Resulta la paz—tu verdadera naturaleza.

El rey Janaka dijo: “Ahora he hallado al ladrón (la mente) que me robaba mi ‘yo-idad’. Mataré a ese ladrón de inmediato”. La perturbación por pensamientos parece robar al Ser su paz. Esa perturbación es la mente. Cuando cesa, se dice que la mente ha alzado el vuelo. El Ser permanece como sustrato inmóvil.

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D: ¿Es necesario el control de la respiración para la indagación?

M: No exactamente.

D: El libro dice: “Interviene un vacío”.

M: Sí. No te detengas ahí. Mira para quién aparece el vacío.

D: Se dice que para los devotos no hay vacío.

M: Aun así, existe el estado latente—laya; la mente despierta al cabo de un tiempo.

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Hatha Yoga e indagación de uno mismo (atma vichara)

D: ¿Es necesario el Hatha Yoga?

M: Es una ayuda—no siempre necesaria. Depende de la persona. El vichara supera al pranayama. En el Yoga Vasistha, Chudala aconseja vichara a Sikhidvaja para destruir el ego. La Realidad puede alcanzarse aferrándose al prana o al intelecto.

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Quedarse dormido durante la meditación

D: ¿Cómo evitar dormirse durante la meditación?

M: Debe superarse el sueño, pues el estado natural ha de alcanzarse conscientemente en jagrat (vigilia). Vigilia y sueño son meras imágenes en la pantalla del estado nativo, libre de pensamiento.

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Meditación e indagación de uno mismo

D: ¿Cuál es la diferencia entre meditación e indagación del Ser?

M: La meditación es posible sólo si permanece el ego—hay ego y objeto meditado. El método es indirecto. El Ser es uno. Buscando el ego—su fuente—el ego desaparece; lo que queda es el Ser. Este método es directo.

D: Entonces, ¿qué debo hacer?

M: Aférrate al Ser.

D: ¿Cómo?

M: Ya ahora eres el Ser. Pero confundes esta conciencia limitada (ego) con la Conciencia absoluta. Esta falsa identificación es ignorancia, que se desvanece con el ego. La única tarea es acabar con el ego. La Realización ya es. No se requiere esfuerzo para “alcanzarla”, pues no es externa ni nueva. Es siempre y en todas partes—aquí y ahora.

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D: ¿Qué es lo único que, conocido, resuelve todas las dudas?

M: Conoce al que duda. Si el que duda es retenido, no surgen dudas. Arrancar la duda es arrancar al “dudador”—la mente.

D: ¿Cuál es el método?

M: “¿Quién soy yo?” es la indagación.

D: ¿Podemos practicar japa?

M: ¿Por qué pensar “yo soy esto”? Indaga y cesarán los pensamientos. Lo que es—el Ser—queda revelado como residuo ineludible.

***

Indagación vs. meditación en chakras

D: Soy principiante en meditación y ruego a Bhagavan me guíe. Nos animas a preguntar “¿Quién soy yo?” constantemente. ¿A dónde me llevará?

M: No es mera pregunta; ve a su significado. Muchos meditan en ciertos centros corporales hasta fundirse allí, pero tarde o temprano deberán indagar en su propia naturaleza—es inevitable. ¿Por qué no concentrarte directamente en ti hasta fundirte en tu fuente?

D: Durante veinte años me concentré en ciertos chakras, viendo formas y oyendo sonidos, y no estoy más cerca de la Verdad. ¿Debo seguir preguntando “¿Quién soy yo?” cuando surja un pensamiento?

M: Precisamente. Mientras no te perturben pensamientos externos, permanece en el significado. El propósito es llegar a la raíz del sentido de “yo” sin obstáculos.

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Fijar la atención en el ajna chakra

D: Se aconseja fijar la atención en el punto de la frente entre las cejas. ¿Es correcto?

M: Todos somos conscientes: “Yo soy”. Dejando esa conciencia, uno busca a Dios. ¿De qué sirve fijar la atención entre las cejas? Es absurdo decir que Dios está allí. El sentido de ese consejo es ayudar a la concentración—un método enérgico para refrenar la mente y evitar su disipación canalizándola en un solo cauce. Es una ayuda, pero el mejor medio de Realización es la indagación “¿Quién soy yo?”. El problema actual pertenece a la mente y debe eliminarse con la mente.

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Cerrar los ojos

D: ¿Tiene eficacia cerrar los ojos durante la meditación?

M: Los ojos pueden estar abiertos o cerrados, según convenga. No son los ojos los que ven—hay quien ve a través de los ojos. Si se vuelve hacia dentro y no mira por los ojos, estos pueden estar abiertos y, aun así, no se ve nada. Si los mantenemos cerrados, da igual que las ventanas estén abiertas o cerradas.

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Picaduras de mosquito

D: Si hay molestias durante la meditación, como picaduras de mosquito, ¿conviene persistir e ignorarlas o ahuyentar los mosquitos y continuar?

M: Haz lo que te resulte más conveniente. No obtendrás mukti por no espantarlos ni se te negará por espantarlos. El punto es lograr la unidireccionalidad y luego mano-nasa (aniquilación de la mente). Puedes alcanzarlo soportando las picaduras o espantándolos. Si estás totalmente absorto, ni notarás que te pican. Hasta entonces, ¿por qué no ahuyentarlos?

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Hacer vs. ser

D: ¿Cómo hacer todo esto?

M: La falta del sentimiento de ser el Ser es la raíz del problema. Deja los pensamientos y sé; simplemente, sé. Los pensamientos son el obstáculo. Averigua a quién surgen. Mientras creas en un yo individual, parecerá existir; encuentra su origen y se desvanece. Quienes descubrieron grandes verdades lo hicieron en la quieta hondura del Ser.

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Dolores de cabeza en la meditación

D: Me duele la cabeza si la meditación se prolonga. ¿Qué hago?

M: Si se entiende que meditador y meditación son lo mismo, no habrá dolor de cabeza ni molestias.

D: Pero son distintos. ¿Cómo considerarlos lo mismo?

M: Depende de tu enfoque. Sólo hay Uno, sin diferencias. En la meditación, la conciencia relativa desaparece; no es aniquilación—surge la Conciencia absoluta. La Biblia dice: “El Reino de los Cielos está dentro de ti”. Si te crees el cuerpo, cuesta entenderlo. Conoce quién eres realmente y el Reino de los Cielos y todo está en tu verdadero Ser.

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D: Bhagavan, al meditar siento gran calor en la cabeza; si prosigo, arde todo el cuerpo. ¿Remedio?

M: Si la concentración se hace con el cerebro, pueden venir calor y dolor de cabeza. Debe hacerse en el Corazón, que es fresco y reconfortante. Relájate y la meditación será fácil. Mantén la mente firme apartando suavemente los pensamientos intrusivos, sin tensión; pronto tendrás éxito.

Ramana Maharshi comparte su sabiduría acerca de la meditación y cómo vencer los pensamientos:

M: Al meditar en un objeto, ya sea concreto o abstracto, se destruye el sentido de unidad y se crea dualidad.

D: ¿Qué meditación me puede ayudar?

M: Ninguna meditación enfocada en un objeto es de ayuda. Has de aprender a ser consciente de que sujeto y objeto son uno. Al meditar en un objeto, ya sea concreto o abstracto, estás destruyendo el sentido de unidad y creando dualidad. Medita en lo que eres realmente… Lo descubrirás…

D: ¿El qué?

M: Lo descubrirás. No me corresponde a mí decir cómo será una experiencia individual. Se revelará por sí misma. Aférrate a ello.

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D: Pero a menudo dices que uno ha de rechazar todos los pensamientos cuando uno comienza la búsqueda, pero los pensamientos son interminables. Si se rechaza un pensamiento, aparece otro y parece que no hay fin.

M: Yo no digo que tengas que seguir rechazando pensamientos. Si te aferras a ti mismo, por ejemplo al pensamiento “yo”, y tu interés se mantiene en esa sola idea, otros pensamientos se ven rechazados y automáticamente se desvanecen.

D: Entonces, ¿no es necesario rechazar pensamientos?

M: No. Puede que sea necesario durante un tiempo o para algunas personas. Te estás imaginando que no hay fin si uno sigue rechazando cada pensamiento cuando surge. No. Sí hay fin. Si te mantienes vigilante y realizas un serio esfuerzo por rechazar cada pensamiento cuando surge, pronto descubrirás que vas yendo más y más profundo en tu propio Ser interior, en el que no es necesario el esfuerzo para rechazar pensamientos. El esfuerzo queda sublimado simplemente en conciencia del Ser.

D: ¡Entonces es posible existir sin esfuerzo!

M: No sólo eso: es imposible realizar un esfuerzo más allá de cierto punto.

D: Quiero iluminarme aún más. ¿Debería no hacer ningún esfuerzo?

M: Ahora para ti es imposible hacerlo sin esfuerzo. Cuando profundices, será imposible hacer esfuerzo alguno.

Ramana Maharshi comparte las siguientes revelaciones sobre la meditación:

D: ¿Cómo se ha de meditar?

M: ¿Qué es la meditación? Normalmente se entiende como concentración en un solo pensamiento. Otros pensamientos quedan retenidos durante ese período. Ese único pensamiento también se ha de desvanecer en el momento precioso. La conciencia libre de pensamientos es el objetivo.

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D: ¿Cómo hacer que la meditación se vuelva constante?

M: ¿Qué es la meditación? Consiste en la expulsión de pensamientos. Todos los problemas presentes se deben a pensamientos y son en sí mismos pensamientos. Abandona los pensamientos. Eso es felicidad y también meditación. Los pensamientos son para el pensador. Permanece como el Ser del pensador y habrá un fin de los pensamientos.

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D: ¿Es el estado de inconsciencia cercano al ser infinito?

M: Sólo existe la Conciencia.

Aquel que conoce al Ser no tiene nada más que hacer. A partir de ese momento, el Poder infinito realizará todas las acciones futuras que sean necesarias a través de él. Tampoco tiene más pensamientos.

Durante la meditación dirigida al Ser, los pensamientos mueren motu proprio. La meditación se puede dirigir a diferentes objetos, pero cuando se dirige al Ser verdadero se orienta hacia el sujeto.

Cuando estamos libres de pensamientos, estamos en un estado natural de gozo. El espacio entre dos pensamientos es nuestro estado natural, es el Ser verdadero.

La verdadera respuesta a la pregunta “¿Quién soy yo?” no surge como pensamientos. Todo pensamiento desaparece, incluso el propio pensador desaparece.

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D: ¿Cómo se puede hacer que la mente desaparezca?

M: No se puede hacer ningún intento de destruirla. Pensarlo o desearlo es en sí mismo un pensamiento. Si se busca al pensador, todos los pensamientos desaparecen.

D: Por favor, dame más detalles sobre el Corazón y sus movimientos.

M: El Corazón es el asiento del conocimiento y del nudo de la ignorancia. Su representación en el cuerpo físico es como un hueco más pequeño que el punto más pequeño y está siempre cerrado. Cuando la mente cae en Kevala Nirvikalpa, se abre, pero se vuelve a cerrar después. Cuando se alcanza Sahaja, se abre de manera definitiva.

El nudo que ata el cuerpo insensible a la conciencia, que funciona en él, es el “nudo de la ignorancia”. Por eso, cuando se afloja de manera temporal, como en Kevala Nirvikalpa, no hay conciencia corporal. Solía sentir las vibraciones del Corazón, que recuerdan a aquellas de una dinamo, incluso estando en la escuela. Cuando experimenté rigor mortis muchos años atrás en Tiruvannamalai, todo objeto y sensación desaparecieron, excepto estas vibraciones. Fue como si tuviera una pantalla oscura delante de mis ojos y el mundo se apagó completamente para mí, pero, por supuesto, era consciente del Ser todo el tiempo, con una sensación vaga de que alguien estaba llorando cerca de mí. Este estado continuó justo hasta que recuperé la conciencia física, cuando sentí que algo se precipitaba desde el Corazón a la parte izquierda del pecho y restablecía la vida en el cuerpo. Un miedo repentino, una alegría repentina o un susto hacen que el Corazón vibre de manera muy intensa, de manera que cualquiera que le preste atención lo puede sentir. Si no, sólo se experimenta durante el samadhi.

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D: ¿La indagación “¿quién soy yo?” lleva a algún lugar en el cuerpo?

M: Toda conciencia del Ser existe en relación con el propio individuo, y por tanto se tiene que experimentar en su ser, con un centro en el cuerpo como centro de la experiencia.

Se parecía a la dinamo de una máquina, que hace que surjan todo tipo de trabajos eléctricos.

No sólo mantiene la vida en el cuerpo y las actividades de todas las partes y órganos, conscientes e inconscientes, sino también la relación entre los planos físico y sutil en los que funciona el individuo.

También vibra como la dinamo, y la mente calma que le presta atención lo puede sentir. Los yoguis y buscadores la conocen por el nombre de sphurana, cuyo latido del corazón “yo-yo” siempre centellea con conciencia en el estado natural.

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D: ¿El movimiento vibratorio del Centro se siente de manera simultánea a la experiencia de la Conciencia pura o antes o después de ella?

M: Son uno y lo mismo. Pero spurana se puede sentir de manera sutil incluso cuando la meditación se ha estabilizado y profundizado suficientemente y la Conciencia última está muy cerca o durante un gran susto repentino, cuando la mente se detiene.

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D: ¿Qué es sphurana (una suerte de sensación indescriptible, pero palpable en el centro del corazón)?

M: Sphurana se puede sentir en diversas ocasiones, como cuando se experimenta miedo, entusiasmo, etc. Aunque está presente siempre y en todas partes, se puede sentir en un centro en particular en ocasiones particulares.

También se asocia con causas precedentes y se confunde con el cuerpo. Sin embargo, es totalmente independiente y puro; es el Ser. Si la mente se fija en sphurana y uno lo siente de manera continua y automática, es Realización.

Sphurana es puro. Sujeto y objeto proceden de él. Si uno se confunde a sí mismo por el sujeto, necesariamente han de aparecer objetos ante él. De manera periódica se retraen y se proyectan, creando el mundo y el disfrute de éste por parte del sujeto. Si, por otra parte, uno es consciente (y la luz que hace posible la percepción) de ser la pantalla sobre la que sujeto y objeto se proyectan, entonces no puede haber confusión. Entonces uno puede permanecer observando sus apariciones y desapariciones sin ninguna perturbación del Ser.

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D: ¿Cuál es la naturaleza del Corazón? ¿El Corazón Espiritual late? Si no lo hace, entonces, ¿cómo se puede sentir?

M: Este corazón es diferente del corazón físico; latir es la función del último. El primero es el asiento de la experiencia espiritual. Eso es todo lo que se puede decir al respecto. Del mismo modo en que la dinamo proporciona poder motor a todos los sistemas de luz, ventilación, etc., la Fuerza primal original proporciona energía al corazón que late, a la respiración, etc.

Ramana Maharshi responde a las siguientes preguntas sobre la entrega:

P: La entrega es imposible.

R: Sí, la entrega completa es imposible al principio. La entrega parcial es indudablemente posible para todos. Con el paso del tiempo, ésta lleva a la entrega completa.

P: Entrega parcial. Bueno… ¿Puede deshacer el destino?

R: ¡Oh, sí! Sí puede.

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P: ¿Cómo puedo obtener esa paz mental?

R: A través de la devoción y la entrega. Bhakti es lo mismo que vichara. La forma y la apariencia de la manifestación de Dios están determinadas por la mente del devoto. Pero no es definitivo. Hay un sentido de dualidad. Un Poder superior te está guiando. Déjate guiar por eso mismo. El Poder superior sabe qué hacer y cómo hacerlo. Confía en Él.

***

P: ¿Cómo se obtiene la Gracia?

R: De manera similar a cómo se obtiene el Ser.

P: En términos prácticos, ¿cómo lo podemos hacer nosotros?

R: A través de la entrega de uno mismo. Bhakti y la Indagación del Ser son lo mismo. El Ser de los advaitines es el Dios de los bhaktas. Todos los sistemas están de acuerdo con (la necesidad de) la entrega de uno mismo. Alcánzala primero.

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La entrega hará que uno entienda la Gracia. La Gracia es constante.

P: ¿Cómo se obtiene la Gracia divina?

R: A través de la entrega.

P: Aún así no siento la Gracia.

R: Se requiere sinceridad. La entrega no ha de ser verbal ni condicional. La oración no es verbal, es desde el corazón.

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La Gracia es tanto el inicio como el fin. La introversión se debe a la Gracia, la perseverancia es Gracia y la Realización es Gracia. Ésta es la razón de la afirmación “Sólo entrégate a Mí”. Si uno se ha entregado por completo, ¿queda algo que pueda pedir la Gracia? Entrégate sin reservas y el Poder superior se te revelará. O bien se eliminan los pensamientos aferrándose a la raíz del pensamiento “yo” o uno se entrega de manera incondicional al Poder superior. Éstas son las dos únicas maneras para la Realización. No es suficiente que uno piense en Dios mientras sigue generando karma, sino que uno ha de pensar en Él de manera continua e incesante. Sólo entonces la mente se volverá pura. A Dios no se le puede engañar con genuflexiones externas, reverencias ni postraciones. Déjaselo a Él. Entrégate sin reservas. Hay que hacer una de las dos cosas. O bien te entregas porque admites tu incapacidad y también requieres un Poder superior que te ayude o indagas sobre la causa de tu aflicción, vas hasta su fuente y te fundes con el Ser. De cualquiera de estas dos maneras te liberarás de toda aflicción. Dios nunca abandona a quien se ha entregado.

***

P: ¿Sri Bhagavan puede ayudarnos a realizar la Verdad?

R: La ayuda está siempre presente.

P: Yo no siento esa ayuda omnipresente.

R: Entrégate y la encontrarás.

P: ¿Me puedo poner a merced del Sadguru?

R: Sí, las instrucciones son necesarias sólo en la medida en que uno no se ha entregado. Entrégate a Él y acógete a Su voluntad, ya aparezca o se desvanezca, espera Su voluntad. Si le pides que obre como tú quieres, no se trata de entrega, sino de ordenarle a Él. No puedes tratar de que te obedezca y sin embargo pensar que te has entregado. Él sabe lo que es mejor y cuándo y cómo hacerlo. Déjaselo todo a Él. Suya es la carga; tú ya no tienes más preocupaciones. Todas tus preocupaciones son Suyas. Tal es la entrega. Esto es bhakti. La entrega sólo puede hacer efecto cuando se hace con total entendimiento. Dicho entendimiento llega después de la indagación. Culmina en la entrega.

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Hay dos formas: o bien te preguntas “¿quién soy yo?” o te entregas. Entrégate a Mí y anularé la mente. No hay mejor karma ni bhakti que la indagación del Ser. El segundo camino es la vía de la entrega de uno mismo: la vía de sharanagathi. Entrégate a lo universal y te verás absorbido/a por lo universal.

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La entrega es completa sólo cuando se alcanza el estado “Tú eres todo” y “Hágase Tu voluntad”. Ya no puedes tener gustos ni aversiones una vez que te has entregado; tu voluntad debe tornarse completamente inexistente, de modo que la voluntad del Señor ocupe su lugar. De este modo, la muerte del ego genera un estado que no es diferente de jnana y de la unidad. De manera que, cualquiera que sea el camino que sigas, has de llegar a jnana.

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Cuando uno se ha entregado completamente a los pies de Shiva y de ese modo se ha tornado de la naturaleza del Ser, la paz abundante que resulta, en la que no hay ni el más mínimo espacio dentro del Corazón para que uno se queje sobre los propios defectos y deficiencias, eso sólo es la naturaleza de la devoción suprema.

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El fin de la sadhana, incluso en bhakti marga (el camino de la devoción), se alcanza sólo tras la entrega completa.

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Entregas eso y aquello de “mis” posesiones. Si en su lugar entregas el “yo”, todo lo demás se entrega de un solo golpe. Se pierde la propia semilla de la posesión. El mal se corta de raíz o se le aplasta en su propio germen. El desapego (vairagya) ha de ser muy potente para poder hacerlo. Las ganas de hacerlo han de ser equivalentes a las de un hombre al que se le mantiene bajo el agua y que trata de resurgir a la superficie para salvar su vida.

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… si recuerdas a Bhagavan, el Ser te pide que lo hagas. ¿No está ya la Gracia presente? El propio hecho de que te sientas poseído por la búsqueda del Ser es una manifestación de la Gracia divina.

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Aurobindo aconseja entrega completa. Hagamos eso primero y esperemos los resultados. Aprende qué es la entrega. Supone fundirse con la fuente del ego. Es suficiente que uno se entregue a sí mismo. Entregarse es abandonarse a la causa original del propio ser.

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La devoción no es más que el conocimiento de uno mismo. Entrégate sin reservas al substrato de todo lo que aparece; entonces, la realidad quedará como residuo.

Ramana Maharshi comparte las siguientes revelaciones acerca de Sahaja, el estado natural:

D: Después de irme del ashram en octubre, fui consciente de que la paz de Bhagavan (Ramana) me envolvía durante 10 días aproximadamente. Durante todo el tiempo mientras estaba ocupado en mi trabajo, percibía una corriente subyacente de esa paz de la unidad, casi como la consciencia dual cuando uno se queda medio dormido en una charla insulsa. Después se desvaneció por completo y en su lugar regresaron las viejas estupideces.

El trabajo no deja tiempo aparte para la meditación. ¿Es suficiente el recordatorio constante “yo soy”, intentando sentirlo mientras uno está en el trabajo?

M: Se volverá constante cuando la mente se haya fortalecido. La práctica reiterada fortifica la mente y esa mente es capaz de aferrarse a la corriente. En tal caso, ya haya implicación en el trabajo o ausencia de ella, la corriente permanece inalterada e ininterrumpida.

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D: ¿No hace falta meditar aparte?

M: La meditación es tu naturaleza verdadera ahora. La llamas meditación porque hay otros pensamientos que te distraen. Cuando estos pensamientos se desvanecen, te quedas solo/a, es decir, en un estado de meditación libre de pensamientos y esa es tu naturaleza verdadera, que estás tratando de obtener ahora manteniendo alejados otros pensamientos. A ese mantener alejados los pensamientos ahora le llamas meditación. Cuando la práctica se vuelve firme, tu naturaleza real se muestra como la verdadera meditación.

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D: Otros pensamientos surgen con más fuerza cuando uno trata de meditar.

M: Sí, todo tipo de pensamientos surgen durante la meditación. Es lo correcto. Aquello que yacía oculto en ti sale a la luz. A menos que emerjan, ¿cómo se les podría destruir? Por tanto, emergen de manera espontánea para ser extinguidos cuando les corresponda, fortaleciendo así la mente.

Hridaya significa “Corazón Espiritual” y se refiere a la esencia misma de tu ser.

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