La profundidad de la verdadera devoción: La importancia de los bhajans en el Bhakti Yoga
“Este es un encuentro de Amantes. En este encuentro no hay altos ni bajos, ni inteligentes ni ignorantes, no hay asamblea especial, ni grandes discursos, ni se requiere una educación adecuada. No hay maestro ni discípulo. Este es un encuentro de Amantes”. –Rumi
El Bhakti Yoga es el camino de la devoción, cuyo significado literal es “amor mutuo” entre el alma y el Amado. La bhakti representa un santuario donde nuestra alma canta sus canciones de amor, alegría y gratitud hacia lo Divino. Los bhajans, canciones devocionales, son la materialización de esta música interna, una expresión sagrada de los anhelos más profundos del alma.
La práctica del canto en el Bhakti Yoga es profundamente transformadora. Purifica el corazón, eleva la mente y nos despierta a nuestra Verdadera Naturaleza. Aquellas personas que participan en los bhajans con pasión y entrega a menudo experimentan revelaciones y visiones místicas internas.
En su forma más pura, cantar bhajans supone un encuentro devocional y trascendental. Cada cántico entraña un susurro de nuestro anhelo de unión. Cuando las vibraciones sagradas abren nuestros corazones, nos volvemos uno con la melodía divina.
El poder de los sonidos sagrados
Los bhajans son mucho más que composiciones musicales y expresiones; pueden transformar nuestros corazones en recipientes de energía divina; de hecho, uno de los significados de la palabra bhajan en sánscrito es “recipiente”.
El Nada Yoga nos enseña que los sonidos sagrados tienen el poder de despertar nuestra alma, llevándola a un ámbito más allá de lo físico y temporal. Ahí, cada nota, cada palabra, está impregnada de energía cósmica causal que evoca una armonía interna y externa que trasciende el mundo material, la “música de las esferas” pitagórica. Los mantras e invocaciones sagradas de un bhajan son motivos arquetípicos, como hitos que guían a nuestra alma hacia la revelación directa de su unidad con lo Divino.
Simplemente nos entregamos a los sonidos, permitiendo que nuestros corazones se dejen llevar por su sacralidad. El tiempo y el espacio se disuelven, y solo permanece la dicha de la Presencia Divina.
Los bhajans: Un reino de Conciencia
Una sesión de bhajans no es solo un evento; figura un ámbito de conciencia. Este reino místico abarca una profunda devoción, adoración, percatación de Uno Mismo, simplicidad, armonía mutua a través del canto, la recitación de mantras, vibraciones sagradas (el nada), narración de historias, dicha, danza y muchas otras expresiones emocionales puras.
Apunta directamente a nuestra Verdadera Naturaleza, revelando armonía y Unidad.
El lenguaje musical del Corazón
Mientras las melodías inspiradoras de un bhajan encantan los sentidos y la mente, dado que su enfoque y contenido son divinos, nos liberan de los confines de los sentidos y el intelecto. Al trascender las limitaciones del lenguaje ordinario, sus invocaciones y mantras son expresiones inocentes de amor y entrega a lo Divino.
Esencialmente, el significado de un bhajan no es racional, sino devocional. Entraña los pronunciamientos de un corazón agradecido que canta con alegría. Ahí, en el espacio sagrado de los bhajans, descubrimos el verdadero lenguaje del Corazón.
El aliento de nuestra alma
De la misma manera que la emoción estética, el rasa, evoca un profundo sentido de belleza y unidad en quien la percibe, los bhajans evocan el encuentro y la reconexión con la suprema belleza del Corazón. Por este motivo, las canciones no están limitadas por emociones personales y transitorias. Su creación y expresión están arraigadas en la presencia eterna del Ser Supremo. Las invocaciones de los bhajans son los ecos de lo eterno, cargadas de Amor Divino.
Por lo tanto, las canciones que cantamos deben ser vistas no como simples notas y ritmos. No se trata solo de una música agradable o de una actuación, sino del aliento de nuestra alma buscando la unión con lo Infinito, como el viento susurrando a través del bosque. Como expresó Rumi: “Solo la suave brisa conoce el secreto de la unión. Escucha mientras susurra una canción a cada corazón, como ésta…”.
La dicha de la Presencia Divina
En este estado, podemos saborear el néctar del Amor Divino, un rasa que supera todas las demás experiencias. Esta dicha no depende de circunstancias externas, sino que surge directamente del Ser. Es un estado de gracia, un regalo que viene a través de la entrega al momento.
La experiencia mística de los bhajans
Cantar un bhajan es un acto de profunda vulnerabilidad, que revela las dimensiones más sensibles y hermosas de nuestra alma en un diálogo íntimo con lo Divino. Compartimos esto con el prójimo, nos inspiramos en los reflejos de la Luz Divina en el espejo de nuestras almas. Esto conlleva una expansión consciente, una ciencia de la entrega que evoca y se inspira en la devoción de grandes maestros y maestras como Mira Bai, Santa Teresa de Ávila, Ramakrishna, Rumi, Rabia y Ma Ananda Mayi.
¿Y tú? ¿Por qué no? ¡Sé como esos místicos! Cantar los bhajans es olvidarnos de nosotros mismos a través del amor a Dios. Este rasa (“sabor” de lo Divino) es el regalo más delicioso del Corazón a nuestra alma.
La belleza, emociones universales y la disolución de la persona devota
Del mismo modo que la experiencia estética del rasa solo puede ser apreciada por aquellas personas cuyos corazones están preparados para recibirla, la resonancia sagrada de un bhajan toca el alma abierta a su melodía santa. Esta preparación viene a través del cultivo de la devoción. De esta manera, nuestra alma comienza a sintonizarse con las vibraciones divinas que fluyen a través de los sonidos sagrados, elevando naturalmente nuestra conciencia más allá de las fronteras personales.
En el dominio devocional, la belleza no se limita a las cualidades estéticas del sonido o la forma; consiste en una expresión espiritual que trasciende las vibraciones físicas y el mundo material. La belleza de los bhajans reside en su capacidad de evocar rasa, esa profunda emoción espiritual que conecta el alma con su fuente eterna. El sabio Vishvanatha aseveró que esta belleza se encuentra “compuesta por igual de alegría y conciencia…”.
Los bhajans revelan la belleza oculta del mundo, desvelando la presencia divina dentro y alrededor. Como expuso Wagner, “Lo que la música expresa es eterno, infinito e ideal”. Los bhajans expresan emociones universales, amor y adoración, dirigidas al Amado Universal, el Corazón.
Esta transfiguración no es meramente un cambio en la percepción, sino una disolución del perceptor; el alma se expande y se disuelve en el amor y la gracia infinitos de lo Divino.
El papel de la transfiguración (bhavana)
La apreciación de la belleza, ya sea en la naturaleza, el amor, el arte o los bhajans, depende del vibrante y transfigurador poder de nuestro corazón, himma. Se dice que del mismo modo como los niños que juegan con elefantes de arcilla infunden vida y significado a su juego a través de su imaginación, las personas devotas deben llevar sus emociones sentidas a los sonidos sagrados de los bhajans.
Rabindranath Tagore observó que “aquellas personas de la audiencia que son apreciativas están contentas de perfeccionar la canción en su propia mente por la fuerza de su propio sentimiento”. Por lo tanto, es nuestro compromiso sincero, imaginación sagrada y dedicación emocional lo que eleva la experiencia de la simple escucha con una mente crítica a la profunda comunión espiritual.
Como afirma Ananda Coomaraswamy, “Las imágenes, la poesía y toda obra de arte no producen ningún efecto salvo en las almas preparadas para recibirlas”. De manera similar, la melodía divina de los bhajans toca el alma que se encuentra lista para abrazarla, para rendirse y confiar en este misterioso nuevo viaje de amor.
A propósito de imágenes, el sabio Shukracharya aseveró: “Los defectos de las imágenes son constantemente destruidos por el poder de la virtud del adorador que tiene su corazón siempre puesto en Dios”. Esta actitud puede parecer peligrosamente acrítica o no apoyar la retroalimentación constructiva. Sin embargo, debemos darnos cuenta de que prevaleció en todos los periodos de gran actividad creativa, y que el declive de la humanidad siempre ha seguido al declive del amor y la fe.
El corazón de la devoción y la creatividad
Cuando cantamos y escuchamos los bhajans, no solo estamos actuando o disfrutando de la música; nos estamos abriendo a la Gracia Divina.
La originalidad no supone un esfuerzo intelectual, sino una revelación viva que surge de la bhakti. La creatividad en los bhajans se arraiga en el entusiasmo inocente que irradia directamente del Corazón. Nos libera de miedos y nerviosismo, transformando el canto en devoción y la devoción en canto.
Los bhajans como una forma de arte esencial: El anhelo humano dirigido a los dioses
En tiempos antiguos, el arte era una forma de adoración. Lo vemos en los himnos de los Vedas, canciones de alabanza, encantamientos chamánicos, oraciones, salmos, mantras, etc. A lo largo de la historia, los seres humanos conscientes han anhelado expresar devoción a través de todos los poros de su ser, por todos los medios humanos posibles. Los bhajans, en su esencia, son actos de adoración que disuelven el ego y nos conectan con lo Divino. Suponen una ofrenda sagrada de nuestra alma a su esencia. Cuando no sentimos devoción, perdemos la verdad de un bhajan; se vuelve superficial, un ego que busca compensación. Ser solo un intérprete, involucrado únicamente de manera técnica en la producción artística, está ligado al ego. Ser una persona verdaderamente devota significa buscar la Verdad Última; significa ser libre, espontánea y consciente de Uno Mismo. Los bhajans, como cualquier forma de arte auténtica, están más allá del tiempo, ya que pueden llevar el significado inefable que las almas humanas siempre reconocerán en el asombro y la belleza. El sabor de la Verdad y el Amor siempre es percibido por aquellas personas que viven con un alma abierta, y resuena eternamente en la Conciencia.
La pureza de la persona devota
Del mismo modo como el arte tradicional indio incluye un motivo principal que unifica y al cual todas las demás expresiones de emoción son subordinadas, un bhajan requiere una fuerza guía, nuestra intención pura, para resonar y reunirse con lo Divino. Cuando un corazón canta con verdadera devoción, los sonidos se convierten en una manifestación de lo Divino, una expresión directa del anhelo del alma por unirse con lo Infinito.
De la misma forma como las ofrendas rituales siempre deben ser sáttvicas, las voces siempre deben ser armoniosas. En lugar de cantar fuera de tono, es mejor simplemente murmurar e interiorizar la canción. Cuando nuestro corazón se concentra en Dios, la esencia divina del bhajan brilla, iluminando nuestra alma y profundizando nuestra intimidad con lo Divino.
El poder transformador de los bhajans en grupo
Simplemente al confiar y descansar en los ecos de una sesión de bhajans, la sangha de Hridaya puede experimentar un cambio consciente aún más profundo hacia la bhakti. Patañjali aseveró: “El éxtasis supraconsciente es precedido por la fe, el poder interior, la evocación de tales estados dichosos y el conocimiento brindado por el samadhi”. (Yogasutra, 1:20)
Como en el samadhi, cualquier estado consciente y dichoso será integrado y estabilizado en nuestro ser si meditamos sobre sus efectos directos y el conocimiento que brinda a todos los dominios de la vida. Es una comprensión y confianza en que este potencial devocional y liberador puede dejar una huella profunda en nuestra existencia, como un sello real. Esa intimidad y amor, tan obvios durante los bhajans, siempre están ahí.
El canto devocional en un grupo de bhajan o kirtan trasciende la mera expresión personal. Representa una de las prácticas espirituales más profundas realizadas en la íntima comunión de la sangha. Una profunda amistad florece al compartir algo inefable, pero del cual todos hemos tenido un buen sabor. Nos unimos unos con otros en ese conocimiento. La profundidad del amor en una sangha se puede mantener evocando este sentido de unidad divina, que es palpable durante los bhajans, las meditaciones y los retiros en silencio.
Cantar con devoción, “con toda nuestra alma”, significa fusionar el amor puro (prema) con la belleza (expresión artística genuina). No se trata meramente de cantar en voz alta para que otras personas nos escuchen o de que cada persona haga lo que quiera; se trata de consonancia, creando juntos una ofrenda armoniosa para lo Divino.
Como dice el hadiz islámico: “En verdad, Dios es hermoso y ama la belleza”. La belleza, como expresión tangible de la percatación de Uno Mismo, se manifiesta en los bhajans como devoción humilde, armonía, libertad y gratitud.
La integración de la devoción y la Indagación de Uno Mismo
El acto de cantar bhajans debe llevar a momentos de profunda quietud interior y paz, que son esenciales para una Indagación de Uno Mismo efectiva.
Tanto los estados meditativos profundos como el verdadero arte surgen de la completa quietud y apertura a lo inefable, el sagrado misterio del Ser.
En el silencio que sigue a cada canto, podemos tocar lo eterno, donde todas las distinciones se disuelven.
En esta quietud, la pregunta “¿quién Soy yo?” puede penetrar con mayor profundidad.
Pregúntate “¿quién Soy yo?” al final de cada canción, cuando la energía ha sido intensamente agitada, sublimada y purificada en el amor a Dios, el Corazón Espiritual.
El canto devocional fue una parte integral de la vida diaria en el ashram de Ramana Maharshi. Las personas devotas se reunían para cantar himnos, incluyendo himnos devocionales a Arunachala compuestos por Ramana. Esto confirma la relación armoniosa entre la bhakti y la Indagación de Uno Mismo, una fusión de la adoración al Amado y la no dualidad, de la bhakti y el jñana, que no está muy presente en la mentalidad occidental.
Los bhajans pueden estar en una poderosa sinergia con la Indagación de Uno Mismo. Al abrir nuestros corazones y purificar la mente, los bhajans crean las condiciones adecuadas, un terreno fértil, para la Indagación de Uno Mismo y, en última instancia, la revelación del Corazón Espiritual.
Que los bhajans sean tu ofrenda a lo Divino.
Que estos cantos sagrados resuenen profundamente en tu interior, hasta que te embeleses: “Ya no soy más. Solo soy una canción”.
Sahajananda es el fundador principal de Hridaya Yoga.
